martes, 16 de febrero de 2021

PROFECÍAS DE LA BEATA ELENA AIELLO

La Madre Elena Aiello fue la Fundadora en Cosenza (Italia) de la Congregación de la Divina Providencia. Durante muchos años ha constituido uno de los fenómenos místicos más espectaculares, con sus reproducciones dolorosas de la Pasión de Nuestro Señor. 

Beata Elena Aiello

Hizo numerosas profecías, que tuvieron cabal cumplimiento, como la referente a la caída de Mussolini («el Duce»), con una de cuyas hermanas mantuvo frecuente correspondencia.

A la Madre Elena Aiello corresponden estas palabras:

«Después de comenzar los sufrimientos usuales, aproximadamente a la una de la tarde, Jesús se me apareció cubierto de llagas y de sangre y me dijo: «Mira, hija mía, cómo los pecados del mundo me han herido. 

El mundo se ha sumergido enteramente en la suciedad y desborda en corrupción. Los gobiernos de los pueblos se han levantado como demonios encarnados. Mientras hablan de paz, se están preparando para una guerra con armas devastadoras para la destrucción de pueblos y naciones. Los hombres se hicieron ingratos a mi Sagrado Corazón y, abusando de mi misericordia, han transformado la tierra en una escena de crímenes. Muchos escándalos llevan a las almas a la perdición..., especialmente por la corrupción de la juventud.

Violados hasta el límite, excitados, desenfrenados para los goces y placeres del mundo, su espíritu está degenerado en la corrupción del pecado. El mal ejemplo de los padres educa a los hijos en escándalo e infidelidad, en vez de virtud y rezos. El rezo está casi muerto en los labios de muchos. Manchado y degradado en la fuente de la fe y de la santidad el hogar.

La voluntad de los hombres ya no cambia. Viven en la obstinación del pecado. Más severos serán los castigos y plagas para revocarlos al camino de Dios; pero los hombres se ponen más furiosos, como bestias heridas, y endurecen sus corazones hacia la gracia de Dios.

El mundo ya no merece perdón, sino solamente fuego, destrucción y muerte.

Se necesita más oración y penitencia de mis almas fieles para aplacar la la Justicia divina, para atemperar la justa sentencia del castigo, que ha sido suspendido en la tierra por la intercesión de mi amada Madre, que es también la Madre de todo el linaje humano. ¡0h, qué triste está mi Corazón al ver que los hombres no responden a los muchos llamamientos de amor y de dolor, dirigidos por mi amada Madre a la humanidad errante! Errando en la oscuridad siguen viviendo en sus pecados y se alejan más de Dios; pero el castigo de fuego se acerca para purificar la tierra de las iniquidades de los perversos (o malignos).

La justicia de Dios exige reparación por las muchas ofensas y crímenes que cubren la tierra y que ya no se pueden comprometer más. Los hombres están obstinados en sus delitos y no vuelven a Dios. Se oponen a la Iglesia, y los sacerdotes son despreciados a causa de los perversos que dan escándalo. Ayúdame, sufriendo, a reparar por las muchas ofensas, y de esta manera salvar en parte a la humanidad, precipitada en el fango de la corrupción y muerte...

Anuncia a la humanidad que debe volver a Dios, haciendo penitencia y haciéndolo así tienen esperanza de ser perdonados y salvados de la justa venganza de un Dios despreciado». (Diciendo esto, Nuestro Señor desapareció. Entonces se presentó la Santísima Virgen, con vestido negro y siete espadas atravesando su Inmaculado Corazón).

Acercándose a mi, y con expresión de profundo dolor y lágrimas en sus mejillas, me dijo: «Óyeme con atención y revela a todo el mundo: Mi Corazón está muy triste por los sufrimientos que vendrán sobre un mundo que se bate en una catástrofe inminente. La Justicia de Dios es ofendida al extremo. Los hombres viven en la obstinación de sus pecados. La ira de Dios está muy cerca. Pronto grandes calamidades, revoluciones sangrientas, huracanes terribles vendrán sobre el mundo y los ríos y el mar se desbordarán. Proclama, grita en alta voz, hasta que los sacerdotes de Dios oigan mi voz para que avisen a la humanidad de que el castigo está muy cerca, y si los hombres no vuelven hacia Dios con la oración y la penitencia, el mundo será lanzado en una nueva y más terrible guerra.

Las armas más mortíferas destruirán las iglesias y la Santa Eucaristía, y destrozarán cosas muy queridas. En esta guerra impía muchas cosas que han sido hechas por los hombres serán aniquiladas.

Nubes con relámpagos, penetrantes de fuego del cielo y una tempestad de fuego caerán sobre la tierra. Este castigo terrible que nunca se ha visto en la historia de la humanidad durara setenta horas. Loa ateos serán aplastados y aniquilados y muchos se perderán porque permanecerán en la obstinación de sus pecados. Entonces se vera el poder de la luz sobre el poder de las tinieblas. No guardes silencio, hija mía, porque las horas de las tinieblas y el abandono se acercan. (16 de abril de 1955).

Me inclino sobre el mundo, teniendo en suspenso la justicia de Dios. De otra manera, estas cosas hubieran venido ya sobre la tierra. Oraciones y penitencias son necesarias, porque los hombres deben volverse hacia Dios y a mi Corazón Inmaculado, la Mediadora entre los hombres y Dios, y de esta manera el mundo al menos será salvado en parte. Proclama, gritando, estas cosas a todos, como si fueras el mismo eco de mi voz. Anuncia esto a todos, porque ayudará a salvar a muchas almas e impedir muchas destrucciones en la Iglesia y en el mundo».


ULTIMAS PROFECIAS DE LA MADRE ELENA AIELLO

La vida de Sor Elena, conocida en Roma como «la monja santa» fue una incesante y fervorosa plegaria ante el Señor. 

Madre General y Fundadora de las Hermanas Mínimas de la Pasión de Nuestro Señor, estigmatizada de modo excepcional y víctima por la Humanidad, fue estimada y consultada con frecuencia por el Papa Pío XII, reconociendo en ella dotes de abnegación, caridad y profecía. Su vida está escrita en el libro de Francisco Spadafora: «Sor Elena Aiello, la monja Santa», Citta Nuova Editrice-Roma 1964, pero sus visiones permanecen hasta ahora absolutamente inéditas.

En un periódico italiano se publicó un artículo sobre la Vidente del que extractamos las siguientes noticias: El periódico «Alianza italiana» órgano del Centro Político «Dios, Autoridad, Pueblo» ha publicado un manuscrito del confesor de Sor Elena Aiello... El documento está dedicado a las visiones de la Madre y dice entre otras cosas: El viernes Santo de este año, Sor Elena Aiello ha sufrido poco, apenas una hora desde las 14 a las 15,30 (!).

Dos noticias son importantes: 1.ª La visión de B. M. (Benito Musolini) que le ha dicho que se había salvado porque su trágica muerte había purgado su vida de pecado y que había sido enviado por Dios para decir a Sor Elena que avise a los Gobernantes de Italia, que pronto Rusia invadirá Europa y traerán muchas ruinas a nuestra Patria.

2.ª La visión de la ciudad del Vaticano invadida por los comunistas, en una revuelta con persecuciones al Santo Padre y a la Iglesia.

Por último, vio el castigo de los pecadores y malvados, promovido directamente por Dios.

Así el periódico. Pero nosotros estamos en posesión de una abundante serie de mensajes, visiones, locuciones experimentadas por la Madre Aiello, que por su importancia, actualidad, precisión y profundidad espiritual, merecen ser publicadas y dadas a conocer con notable provecho de aquellos a quienes Dios ha destinado a recibir al Verbo de Salvación. Ponemos a continuación una provechosa e impresionante síntesis, cuya lectura debe hacer temblar a toda alma que no esté completamente ciega y perdida.

En el año 1961, la Virgen habla de la Revolución que surgirá en Italia (también está transcrita en la citada obra de D. Spadafora p. 209 con «imprimatur» del Obispo Liverzani, del día 22-VII-1964).

«Los hombres ofenden mucho a Dios. Si Yo te hiciera ver el número de pecados que se cometen en un solo día, morirías de dolor».      

«Las fuerzas del mal están preparadas para desencadenarse en todas las partes del mundo, con terrible violencia. Terrible será la convulsión que vendrá... Italia será humillada y purificada en la sangre y deberá sufrir mucho, porque muchos son los pecados que se cometen en esta nación predilecta, sede del Vicario de Cristo. No podéis imaginaros lo que sucederá. Se desencadenará una terrible revolución y los caminos quedarán enrojecidos con la sangre. El Papa sufrirá mucho, y todos estos sufrimientos serán para él una agonía que abreviará su peregrinación terrena. Su sucesor gobernará la nave en la tempestad. (Será el último de los lemas papales de la Profecía atribuida a S. Malaquías, Pedro Romano?)                
«Pero no se retrasará el castigo de los impíos. Aquel día será espantoso, de la manera más terrible: la tierra temblará y purificará a toda la Humanidad. Los malvados perecerán en los tremendos rigores de la justicia divina». (¡El Castigo anunciado por tantos Profetas!)

De la visión del 7-1-1950

Nadie se arrepiente... solamente se muestran ansiosos de conquistar nuevos territorios, para dominarlos como lobos rapaces. La guerra, castigo de Dios por los delitos del mundo culpable, espantoso azote por los pecados de los hombres, en vez de hacerlos volver a Dios, arrepentidos y corregidos, ha traído una mayor desvergüenza de costumbres, odios y persecuciones contra la Iglesia y su supremo Pastor, que es la salvaguardia del mundo entero y el monitor de esta desenfrenada Humanidad...»

Una propaganda impía, ha difundido por el mundo muchos errores, resultando en todas partes, persecuciones, ruinas y muertes. Si los hombres no cesan de ofender a mi Hijo, no estará lejos el tiempo en que la justicia del Padre, enviará sobre la tierra el azote merecido y será el peor castigo que jamás se ha visto en la historia de la Humanidad. «Cuando en el cielo aparezca una señal extraordinaria, sabed los hombres que está próximo el castigo del mundo». 

De la visión del viernes Santo (11-IV-1952)

«Mi corazón sangra, porque la Iglesia se verá perseguida. Son muchos los lobos rapaces y se visten de piel de cordero, y por esto el "Cristo en la tierra" (el Papa), sufrirá mucho. Italia será atormentada, porque se prepara una gran revolución, pero en parte será salvada».

Del supremo llamamiento de la Santísima. Virgen al mundo (2-1-1954)

«Pero el azote está próximo y las horas de las tinieblas están cercanas. ¡El rebaño está a punto de dispersarse! Muchas señales nunca vistas, vendrán sobre el mundo para advertir a los hombres que la medida está colmada. Momentos espantosos serán cuando mi Hijo hablará con acento de Juez y pronunciará la sentencia merecida sobre la Humanidad extraviada.» «Quiero que se sepa que el castigo está próximo. Fuego jamás visto descenderá sobre toda la tierra y gran parte de la Humanidad será aniquilada. Aquellas horas serán desesperadas para los impíos, con alaridos y bestialidad satánica, suplicarán ser cubiertos por las montañas y buscarán refugio en las cavernas... pero todo será en vano. Los que quedaren encontrarán en mi protección, la misericordia de Dios, mientras que todos los demás que no quieran arrepentirse de sus culpas, perecerán en un mar de fuego».

«Bienaventurados los que en aquellos momentos puedan llamarse verdaderos devotos de María». Rusia será casi completamente calcinada; también otras naciones desaparecerán. Italia será en parte salvada por el Papa».

Del llamamiento a la Humanidad de parte del Corazón Divino de Jesús y del Corazón inmaculado y Dolorido de María (16-IV-1954).

«El mundo está hundido en una corrupción espantosa. Los gobernantes de los pueblos, se han vuelto verdaderos demonios encarnados, y mientras hablan de paz, preparan las armas más mortíferas... para destruir pueblos y naciones. 



Los hombres han transformado la tierra, en un escenario de crímenes». ¡Cuántos escándalos que conducen a las almas a la ruina! La corrupción de la juventud, ha traspasado todos los límites y las ansias de los goces de la tierra, han degradado su espíritu en la corrupción del corazón y en el fango del pecado. El ejemplo pecaminoso de los padres, que ha hundido a la familia en el escándalo y en la infidelidad, en vez de en la virtud y la oración —que está casi muerta en los labios de muchos— ha emponzoñado y secado la fuente de la santidad y de la alegría en el santuario doméstico... Por eso el mundo no es digno de perdón, sino del fuego de la destrucción y de la muerte. ¡El azote del fuego está próximo y purificará a la tierra de la iniquidad de los malvados!

En la visión del viernes Santo (8-IV-1955), la Virgen recalca:

«Se avecinan días oscuros y terribles... los gobernantes de los pueblos se agitan y hablan de paz, pero el mundo de nuevo estará en guerra y toda la Humanidad se sumirá en tristeza, porque la Justicia de Dios no tardará en completar su carrera y los acontecimientos están próximos. Terrible será la revolución en toda la tierra, porque los hombres como en tiempos del diluvio han perdido el camino de Dios y están dominados por el espíritu de satanás».

¡La justicia de Dios gravita sobre el mundo y la Humanidad manchada de fango será lavada en su propia sangre, enfermedades, hambre, terremotos, naufragios y en la guerra!


Después, si los hombres no se enmiendan, un terrible azote de fuego bajará del cielo sobre todos los pueblos de la tierra. Aquellos momentos serán espantosos para todos, por que se juntará el cielo con la tierra y todos los impíos serán aniquilados. Algunas naciones serán purificadas, mientras otras desaparecerán completamente. Italia será castigada y purificada por una gran revolución, y solamente será salvada en parte.

De la visión del 16-IV-1955

«Los hombres viven en la obstinación del pecado, pero la ira de Dios está próxima y el mundo será castigado con una gran calamidad, sangrientas revoluciones, fuertes terremotos, carestías, epidemias, y espantosos huracanes que harán salirse de madre a los ríos y a los mares. El mundo será totalmente convulsionado por una nueva y terrible guerra. Las armas más mortíferas destruirán pueblos y naciones. 



Los dictadores de la tierra, verdaderos monstruos infernales, demolerán las Iglesias con los sagrados Tabernáculos y destruirán pueblos y naciones y los objetos más apreciados. En esta lucha sacrílega por el feroz impulso y encarnizada resistencia se verán abatidas muchas, de aquellas cosas que han sido hechas por las manos del hombre».


Día 15-IX-1958

«El comunismo se expansiona en el mundo entero; el materialismo posee una gran organización, jamás vista, sobre la faz de la tierra. Ha trastocado los derechos de la Iglesia depositaria del Santo Evangelio. Sus fuerzas son poderosas y difunde sus errores, suscitando guerras, revoluciones y persecuciones contra la Iglesia. Por ello los religiosos, los sacerdotes, todo el clero, las almas que me están consagradas y los devotos de mi Corazón deben estar en primera línea, para combatir el materialismo con el ejemplo, viviendo una vida santa. Deben salvar las almas, deben comprometerse en su apostolado a combatir el materialismo para conquistar el Reino de Cristo. Si esto no se obtiene, Italia será invadida por las tropas rusas...».

Viernes Santo (27-III-59)

Los gobernantes de los pueblos están fuera de la luz de Dios, sobre todo los de Italia. Están llenos de falsedad e hipocresía y se sirven de mi nombre y del de mi Hijo. El materialismo corre rápido sobre todas las naciones, y continúa su marcha llevando la ruina y la muerte; lleva veneno en sus labios y en el corazón, para emponzoñar a muchas almas.

¡Qué de estragos hace en medio de la juventud y de los niños el pecado de la impureza! La familia cristiana ha dejado de existir.—Ello ya no constituye un misterio; quieren expulsar a Cristo de las familias, de las escuelas, de las oficinas, de la sociedad, de las conciencias.

Rogad intensamente... Roma será castigada... Rusia se impondrá sobre todas las naciones, de manera especial sobre Italia, y elevará la bandera roja sobre la cúpula de San Pedro; la Basílica será rodeada de leones muy feroces.

Día (22-VIII-1960)

La hora terrible avanza sobre el mundo; muchas naciones serán castigadas, especialmente Italia por revoluciones sangrientas... Rusia ha preparado sus armas secretas contra América, contra Francia y contra Alemania. La guerra está próxima. El Rin de Alemania-Suiza estará lleno de cadáveres y de sangre. El Papa deberá sufrir mucho. El león rugiente avanzará hacia la cátedra de Pedro para difundir sus errores. La hiel de Rusia emponzoñará a todas las naciones, especialmente a Italia».

Viernes Santo de 1961

Estas son las últimas revelaciones de la Madre Elena Aiello. Después de algunos meses murió en Roma en la casa de su Congregación de la calle de Bandassim.

Habla la Virgen: Si la Humanidad no vuelve a mi Corazón y al de mi Hijo Jesús, el mundo se hundirá en el abismo... Rusia esparcirá sus errores sobre todas las naciones, especialmente sobre Italia. El mundo ha caído muy bajo y tiene necesidad de castigos, de plagas con que ser purificado. Los hombres no reconocerán ya a su Dios; su dios ahora es el pecado, el placer, la deshonestidad; nadie se vuelve a Dios, por eso sobrevendrán los más terribles castigos de destrucción y de muerte sobre todas las naciones, especialmente sobre Italia. Rusia está conducida por Satanás; ella busca el dominio absoluto sobre toda la tierra. La Iglesia será perseguida y el Papa y los sacerdotes deberán sufrir mucho.

Francisco Spadafora.
Roma, 6 de mayo de 1976


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Las Profecías de Teresa Musco

Teresa Musco, contemporánea, fue una estigmatizada, tratada por teólogos y psiquiatras de gran fama murió a los 33 años de edad como había profetizado repetidamente.
 
Extraordinarios fenómenos ocurrieron en su persona y su casa durante toda su vida, estigmatización, lacrimaciones de sangre en imágenes de su devoción (de un Niño Jesús del Sagrado Corazón); existen fotografías de estos fenómenos y testimonios de doctores y analistas que confirman su realidad. Dos especialistas (P. Roschini y P. Gallo) han escrito tratados sobre los fenómenos.

Revelaciones de Teresa Musco

20/05/1951: "Teresa, hija de mi corazón, estoy aquí para confiarte unas cosas que deberás guardar solo para ti, hasta que yo lo desee. Verás muchos cambios en la Iglesia. Los cristianos que recen serán pocos. MUCHAS ALMAS CAMINAN HACIA EL INFIERNO. Las mujeres perderán el pudor y la vergüenza. Satanás tomará su forma para hacer caer a muchos. En el mundo habrá crisis comunes.

El gobierno caerá. El Papa pasará horas de agonía; al final yo está ahí para conducirlos al Paraíso. TENDRÁ LUGAR UNA GRAN GUERRA. Muertos y heridos incalculables. Satanás cantará su victoria pero será el momento en que todos verán a Mi Hijo aparecer sobre las nubes y El juzgará a cuantos han despreciado su sangre inocente y divina. Entonces mi Corazón Inmaculado triunfará".

13/08/1951: "Hija mía, estoy aquí para decirte que EL PADRE ENVIARÁ UN GRAN CASTIGO AL GÉNERO HUMANO EN LA SEGUNDA MITAD DEL SIGLO XX. Sábete hija mía que SATANÁS REINA EN LOS MAS ALTOS PUESTOS. Cuando satanás llegue a la cima de la Iglesia, entiende que este instante habrá conseguido seducir a los espíritus de los grandes científicos y será el momento en que ellos intervendrán con armas potentísimas con las cuales es posible destruir gran parte de la humanidad".

7/10/1951: "Hija mía, están preparadas las tribulaciones que el Padre tiene dirigidas a Italia y sólo las almas que se ofrezcan como víctimas pueden tocar de lleno el corazón de Mi Hijo y del Padre.

A PARTIR DE 1972 SE INICIARÁ EL TIEMPO DE SATANÁS, los Cardenales se opondrán a los Cardenales y los Obispos contra los Obispos. Te encuentras en medio de una generación muy difícil, en la cual se pretende EXPLICARLO TODO CIENTÍFICAMENTE y nadie piensa en dar un poco de calor, un poco de amor, inclusive para los más pobres".

3/01/1952: "Quiero decirte que el mundo está pervertido. Me he aparecido en Portugal y he dado mensajes pero ninguno me ha escuchado".
 
 
"He hablado en Lourdes, en La Salette, pero pocos corazones duros se han ablandado. Quiero también decirte muchas cosas que afligen a mi Corazón. Te quiero hablar incluso del tercer secreto que diera a Lucía en Fátima, te debo decir que hace tiempo que ha sido leído (por las autoridades eclesiásticas) pero ninguno se pronunciará en público si no es elegido Paulo VI (aquí se adelanta proféticamente la subida del Papa Juan XXIII). Con el paso del tiempo, el Papa se encontrará con Lucía (Paulo VI elegido Papa se trasladó en viaje a Fátima y se encontró con Lucía en el año de 1967), pero este Papa pedirá oración y penitencia en todo el mundo y no se atreverá a hablar del secreto porque es espantoso".

"El fuego y el humo descompondrán al mundo. Las aguas de los océanos se convertirán en fuego y vapor. Las espumas se elevarán anegando a Europa y todo se hundirá bajo la lava de fuego. Los pocos elegidos que vivan envidiarán a los muertos . . . "

Es importante notar que las revelaciones recibidas por Teresa Musco son similares a las contenidas en el secreto de Fátima, que se conocieron en 1963, 12 años después.

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Las profecías de Sor María Julia Jahenny

Marie-Julie Jahenny de La Fraudais, Francia.

Es quizá, la más grande mística en la historia de Francia. Nació el 12 de febrero de 1850, en un pequeño poblado de Bretaña, al oeste de Francia, llamado Blain. Fue la mayor de cinco hijos, educada por sus padres, sencillos aldeanos en esa Fe viva por la cual son conocidos los bretones. Nuestro Señor la bendijo con muchas gracias desde el tiempo de su primera Comunión, gracias a lo cual ella le correspondió con devoción creciente.


Marie-Julie ingresó a la Tercera Orden franciscana al principio de su segunda década de vida para ayudar al mundo a santificarse. En 1873 recibió del Cielo el más importante regalo místico: Los Estigmas de Cristo, desde los 23 años de edad hasta su muerte, 60 años más tarde, llevó en su cuerpo las Llagas de Nuestro Señor en el grado más visible que ninguna otra persona los ha llevado en la historia de la Iglesia.


A más de las Cinco Llagas en sus manos, pies y costado, Marie-Julie sufrió también, las heridas infringidas por la Corona de Espinas, y las marcas de los hombros que Jesucristo Nuestro Señor padeció por cargar la Santa Cruz. A todo esto, ella también padeció las heridas causadas por los azotes en la espalda de Cristo, así como otras más de un significado místico. Por consecuencia, Marie-Julie vivió una vida de sufrimiento continuo, como alma propiciatoria, en una pequeña cabaña de la aldea de La Faudrais, cerca de Blain.
Ella había sido elegida o designada por Nuestro Señor para hacer reparación por los pecados de Francia y del mundo. En compensación, Dios Nuestro Señor la favoreció con Sus frecuentes visitas de Él mismo y de la Santísima Virgen María, tanto como le dio las luces proféticas.

La verdad de las advertencias celestiales de las que ella fue solamente, su humilde mensajera, están garantizadas por su característica sencillez y honestidad, y por su ejemplar obediencia a sus superiores: su director espiritual, su obispo, y por supuesto, por la comprobación de todo lo profetizado durante su larga vida.


Con exactitud predijo las dos Guerras mundiales, la elección del papa San Pío X, varias persecuciones de la Iglesia, los castigos designados a Francia por su apostasía. Muchas de sus profecías han quedado sin publicarse. Sin embargo, sus advertencias para los Últimos Tiempos deben ser leídas por aquellos que “tengan oídos”. Marie-Julie tuvo el maravilloso don de poder distinguir el pan eucarístico del pan ordinario, los objetos benditos de los que no lo eran; sabía decir el lugar de donde venían las reliquias y finalmente, podía entender los cantos y oraciones sagradas de cualquier idioma.

 Desde el 28 de diciembre de 1875 sobrevivió por cinco años con sólo comer la Hostia Consagrada cada día. El Dr. Imbert-Gourbeyre comprobó que durante ese período de tiempo no tuvo ninguna excreción líquida o sólida. También, cuando estaba en éxtasis, no sentía ningún dolor ni era molestada por la intensidad de la luz. Algunos de estos éxtasis estaban acompañados de levitación y en ese momento su cuerpo no pesaba nada.

 La vidente, hacia el fin de sus días quedó ciega, sorda, muda y tullida; subsistió milagrosamente con el Santísimo Sacramento en los últimos años de su vida.
Es una gracia de Dios que los lectores de esta biografía, no moriremos sin saber lo que Dios confió a ella para beneficio de nuestra desgraciada época. Marie-Julie subió al Cielo el 4 de marzo de 1941 con la admiración de numerosos científicos que la examinaban continuamente, también con el desprecio de los descreídos y de los orgullosos; con la devoción de sus amigos de toda la vida como Mon. Fourier, obispo de Nantes y del grupo de quienes difundían sus mensajes y sus penas a un mundo ingrato e indiferente.

PROFECÍAS

Una de las profecías más interesantes de Marie-Julie es la visión que tuvo del diálogo entre Nuestro Señor Jesucristo y Lucifer-Satanás, en el que éste amenazó de la siguiente manera:“Atacaré a la Iglesia. Derribaré la Cruz, diezmaré la población y depositaré una gran debilidad en los corazones. Propiciaré la negación de la Religión Católica. Por un tiempo seré el amo de todas las cosas en la tierra, todo estará bajo mi control, aun  Tu Templo y Tus fieles”

 
Confirmando la visión anterior, en otra ocasión, oyó a San Miguel decir que  Satanás tomará posesión de todas las cosas terrestres, por algún tiempo, y que reinaría completamente sobre todo; que toda benevolencia, Fe y Religión verdadera sería sepultada como en una tumba…..”, “Satanás y los suyos festejará su triunfo con fingida belleza y alegría.”   

Todo lo aprobado por la Iglesia infalible dejará de existir como lo vemos hoy (al cabo de cien años), por cierto tiempo. En esa desdichada y aniquilante época se verán aparecer en la tierra extraños signos. Por causa de los pecados y maldad de los hombres la Santa Iglesia será oscurecida, pues, Nuestro Señor enviará esta oscuridad para detener a los malos en la búsqueda de mayor maldad…..” Marie-Julie Jahenny sigue describiendo su visión: “Aparentemente, no quedará ningún vestigio del Santísimo Sacramento, ningún rastro de la Fe, por todos lados solamente habrá confusión….”

El arcángel San Miguel termina por decirle:“Después del triunfo satánico; Nuestro Señor Jesucristo congregará a Sus ovejas dispersas para reinar sobre el mal y sacará de su tumba a la oculta Iglesia y a la postrada Cruz….”

INVENTO DEL NUEVO RITUAL

El 27 de noviembre de 1902 y el 10 de mayo de 1904, Nuestro Señor Jesucristo y la Santísima Virgen María le anunciaron la conspiración del Nuevo Ritual de la Misa.“Te anunciamos la siguiente advertencia: Los discípulos que no son de Mi Evangelio están trabajando intensamente en estructurar, de acuerdo a sus propias ideas y bajo la influencia del enemigo de las almas, una nueva Misa que contenga conceptos odiosos a Mis designios.” “Cuando esta fatal hora llegue, la fe de mis sacerdotes se pondrá a prueba; estos textos serán celebrados.

HABRÁ DOS PERIODOS:

PRIMER PERIODO

“EL PRIMER PERIODO será cuando mis sacerdotes existan sin Mí….”

Ya en junio de 1881, Marie-Julie había revelado que “muchos sacerdotes en su aberración, habían violado sus juramentos (de ordenación), El Libro de la Vida contiene sus nombres, decía…..”, “Por el poco respeto que el rebaño tiene a los apóstoles de Dios, crece descuidado y deja de observar las leyes. El sacerdote mismo es responsable por la falta de respeto que las ovejas le tienen, porque éste no respeta suficientemente su sagrado ministerio, y el lugar que ocupa en sus sagradas funciones. El rebaño sigue siempre las huellas de sus pastores…..”, “La clerecía será severamente castigada a cuenta de su inconcebible veleidad y gran cobardía incompatibles con sus funciones sagradas.”

Un terrible castigo ha sido preparado para esos que ascienden cada mañana las gradas del Santísimo Sacramento, porque Yo no vengo a sus altares para ser torturado. Yo sufro cientos de veces más por esos corazones que por ningún otro. Yo os absuelvo por vuestros grandes pecados, Mis hijos, pero Yo no garantizo algún perdón para esos sacerdotes.” [¿El concilio V.II?]

Marie- Julie Jahenny reveló que los que gobiernan el rebaño, serán los responsables de la crisis venidera. También ella mencionó que la creciente libertad adquirida por los sacerdotes y Obispos la usarán malamente. Mencionó a un Papa venidero, [¿Pío XII?] que en el último momento, revertirá su política para hacer un llamado al clero. Pero, no será obedecido, al contrario, una Asamblea de Obispos le demandará aún mayor libertad, declarando que pronto no le obedecerían más. Marie Julie declaró que esa “revolución roja” lo derribará. Entonces una horrorosa religión remplazará a la religión Católica y vio a muchísimos obispos abrazando esa “sacrílega e infame religión.”

LAS PROFECÍAS DE MARIE-JULIE ACERCA DE LA NUEVA LITURGIA

SEGUNDO PERIODO

“EL SEGUNDO PERIODO será el de la persecución, cuando los ENEMIGOS de la Fe y de la Santa Religión impongan sus fórmulas en el libro de la nueva celebración….” “Estos espíritus infames son aquellos que Me crucificaron y esperan el reino del nuevo Mesías” (El Anticristo)        El 27 de noviembre de 1902 (el 72 aniversario de la Aparición de la Medalla Milagrosa) y el 10 de mayo de 1904, Nuestro Señor advirtió acerca de la nueva liturgia que un día sería instituida.“Yo os lo advierto; los enemigos de la Fe y de la Santa Religión impondrán sus fórmulas en el libro de la Sagrada celebración. Algunos de mis santos sacerdotes rechazarán este libro sellado con las palabras del Abismo. Desafortunadamente, habrá muchos que lo aceptarán.

El 10 de mayo de 1904 Nuestra Señora la Virgen María describió la nueva clerecía y la nueva liturgia: “Ellos no se detendrán en su odioso y sacrílego camino, irán muy lejos para comprometer a todos, a un mismo tiempo, de un solo golpe: la Santa Iglesia, el Clero y la Fe de mis hijos.”

La Virgen María anunció “la dispersión de los pastores” por la propia Iglesia, los verdaderos pastores serán remplazados por otros formados por Satán: ….”nuevos dispensadores de nuevos sacramentos, nuevos templos, nuevo bautismo, nuevas órdenes religiosas .”

El 7 de julio de 1880 Jesús dijo a Marie-Julie “La Iglesia será privada del supremo jefe [sin papa legítimo]que ahora [cuando habló de esto] la guía….. ”.

En el éxtasis del 4 de noviembre de 1880, Marie-Julie nos describió el martirio del Papa: “La voz de la Iglesia bajo velada vista rompe mi alma el eco del sonido de su moribunda voz. El supremo Pontífice profiere su agonizante discurso hacia su pueblo, hacia sus hijos de quienes él es su Padre. Es una espada en mi alma….. veo unos pájaros blancos llevando en sus picos, jirones de su carne chorreando sangre, veo las manos de Pedro traspasadas por los clavos como lo fueron las de Dios. Veo sus vestidos de ceremonia hechos garras, veo la ropa que llevó con dignidad para hacer descender a Nuestro Señor sobre el altar. He visto todo eso. Oh ¡Cómo sufro!

LOS TRES DÍAS DE OSCURIDAD

Estos terribles días han sido profetizados a través de los siglos, pero las dos almas proféticas que se han ocupado de esto en los dos últimos siglos han sido Anna María Taigi “vendrá sobre la tierra una oscuridad intensa que durará tres días y tres noches, Nada será visible y el aire estará cargado de pestilencia. Esta situación hará que los enemigos de la Religión…. Sean muertos”

Marie-Julie Jahenny “La tierra se convertirá en un enorme cementerio; los cadáveres de los enemigos de Dios y de los justos cubrirán la tierra, para los que queden vivos vendrá el hambre…..

Los tres días de oscuridad han sido profetizados por muchos santos incluyendo a Anna María Taigi, al Padre Pío de Pietrelcina y a Marie-Julie Jahenny. Marie-Julie anunció tres días de oscuridad durante los cuales los poderes infernales serán soltados y ejecutarán a todos los enemigos de Nuestro Señor Jesucristo. “La crisis vendrá de repente, los castigos serán repartidos en todos y se sucederán uno tras otro sin interrupción……” 4 de enero de 1884. “Los tres días de oscuridad serán en JUEVES, VIERNES Y SÁBADO. Días del Sagrado Sacramento, de la Santa Cruz y de la Santísima Virgen……. Tres días menos

Una noche truenos y centellas herirán a los que no tienen Fe y, los que no confían en Mi Poder, morirán de miedo. “Durante estos tres días de terrorífica oscuridad, ninguna ventana deberá abrirse, porque nadie deberá ver la tierra y el horrible color del aire durante esos días pues serían muertos al instante” “El cielo se incendiará, la tierra se abrirá……durante estos tres días de oscuridad debéis encender las velas benditas para encender vuestras habitaciones, ninguna otra luz brillará….”“Nadie que esté fuera sin refugio sobrevivirá, la tierra se estremecerá y el miedo será grande. Si, Nosotros escucharemos a quieres recen por sus amigos y NINGUNO DE ELLOS PERECERÁ. Porque necesitaremos de ellos para proclamar la Gloria de la Cruz……” 8 de diciembre de 1882. “SOLAMENTE LAS VELAS DE CERA BENDITAS DARÁN LUZ durante esta horrorosa oscuridad. UNA SOLA VELA será suficiente para esas noches infernales… En las casas de los malos y los blasfemos incluso estas velas benditas NO DARÁN LUZ” Y nuestra Señora asentó: “Todo se conmoverá excepto los muebles donde estén encendidas las velas benditas. Vosotros debéis portar el Crucifijo o estar junto a mi imagen bendita, esto os protegerá del terror….” [en nuestros tiempos no hay velas benditas salvo casos muy  especiales ]

“Durante la oscuridad los demonios y los malos adquirirán espantosas figuras…

Nubes color sangre recorrerán el firmamento. La tierra será golpeada por estruendos y los cielos se cubrirán de siniestras luces fuera de estación. La tierra será movida en sus cimientos. Los mares se levantarán e inmensas olas azotarán los continentes…

“Toda la tierra parecerá un enorme cementerio. Los cuerpos de los malvados y los de los justos cubrirán los campos. Tres cuartas partes de la población del mundo serán destruidas….” [Esto coincide con numerosas profecías bíblicas de profetas del Antiguo Testamento y otras muy numerosas de profetas católicos, muchos de ellos santos cuyo cuerpo se guarda incorrupto]

 

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Las profecías de la beata Ana María Taigi


La Beata Ana María Taigi (1769-1837), madre de familia, enriquecida con maravillosos carismas. Dios la eligió para que fuera una HOSTIA de EXPIACION Y UN BALUARTE contra los enemigos de la Iglesia en el siglo XVIII. Los dones intelectuales que le fueron concedidos constituyeron UN MILAGRO PERMANENTE sin precedentes en la "HISTORIA DE LA MISTICA". Poco tiempo después de haber entrado en la vida perfecta, vio aparecer ante ella UN GLOBO DE ORO, que se convirtió en un SOL incomparablemente luminoso, en el que veía todas las cosas y sucesos de la tierra. "Sabia con seguridad la suerte de los difuntos. Su mirada llegaba hasta las extremidades del mundo y allí reconocía a personas que nunca había visto y las penetraba hasta el fondo del alma. Los sucesos pasados, las cosas por suceder se revelaban a su mirada. Veía el mundo entero como nosotros vemos la fachada de un edificio", dice uno de sus biógrafos.


El sacerdote, su confesor, tuvo un día una discusión con otra persona sobre EL PEQUEÑO NUMERO DE LOS ESCOGIDOS, o sea de los que se salvan; sostenía que en nuestros día la MAYORIA DE LOS CRISTIANOS SE PIERDEN, y su contrincante defendía lo contrario. Habiendo tenido conocimiento de esta discusión, la venerable mujer miró su SOL y vio en él la suerte de las personas fallecidas durante aquel día ; muy pocas, ni siquiera DIEZ de ellas habían subido al cielo directamente; muchas se detuvieron en el purgatorio y las otras cayeron en el infierno en tan gran número, "COMO LOS COPOS DE NIEVE EN PLENO INVIERNO" (opinión semejante tuvieron muchos santos, entre ellos San Leonardo Porto Mauricio, Santa Teresa de Jesús, los Videntes de Fátima y Sor Josefa Menéndez.)

Las profecías se extienden a todas las cosas: a los vivos, a los difuntos, al orden sobrenatural y al orden moral, a los secretos de la naturaleza, a las enfermedades y su duración, a los pensamientos ocultos y al porvenir de la IGLESIA y de toda la HUMANIDAD.
 
"Yo he hecho por ti –le dice NUESTRO SEÑOR- lo que no he hecho todavía por ningún otro de mis servidores, al concederte un don que ninguno de ellos poseyó jamás." Su mirada profética abarca hasta la llegada del ANTICRISTO, cuyos tiempos se avecinan… Un día vio que su SOL se abría y daba paso a torrentes de sangre, mientras la VIRGEN intercede para detener los castigos preparados. Símbolos de las grandes crisis, mediante las cuales DIOS iba a purificar la IGLESIA. Parecía desencadenarse un espantoso ciclón, el cielo ardía, temblaba la tierra, se vislumbran pestes, revoluciones, revueltas, matanzas, batallas, negros aeróstatos, que recorrían el cielo cubriendo la tierra de fuego y de tinieblas… 
 
Y anunció que DIOS enviaría a la HUMANIDAD dos castigos; uno, en forma de guerras, revoluciones y otras tribulaciones, originados en la tierra, y otro, enviado desde el cielo: Vendrán sobre el mundo unas tinieblas que durarán tres días y tres noches. Nada será visible y el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente, a los enemigos de la RELIGION. Durante estos días de tinieblas, la luz artificial será imposible, sólo las velas benditas (de cera) darán luz. 
 
(Esta bendición es la que se recibe el día 2 de febrero en la Festividad de la Purificación de Nuestra Señora o fiesta de la Candelaria.) Sobre los tres días de tinieblas al fin de los Tiempos o al FIN del MUNDO hablan además de los Evangelios más de 30 Videntes diferentes, resultando uno de los acontecimientos más declarados; pero hay algunos comentaristas que se inclinan a creer en que habrá dos veces las tinieblas anunciadas, o dos VENIDAS de Ntro. SEÑOR, una como SEÑOR Y DOCTOR al fin de los TIEMPOS y otra como JUEZ al final del MUNDO ACTUAL. También hablan de la APARICIÓN de dos VECES la SEÑAL del SEÑOR en los CIELOS.


Los que abrieren las ventanas o miraren fuera por curiosidad, o salieren de su casa caerán muertos fulminantemente. Durante estos tres días de tinieblas, la gente debe permanecer en sus casas rezando el ROSARIO y pidiendo a DIOS misericordia.
 
Los que abierta o secretamente persiguen a la IGLESIA perecerán en estas tinieblas. Sólo unos pocos, dada la gracia de conversión por NUESTRO SEÑOR, permanecerán con vida. El aire será infestado por los demonios, que se aparecerán en figuras horribles. Las velas benditas salvarán a la gente de la muerte, igualmente las oraciones a la SANTISIMA VIRGEN y a los Santos Ángeles.

Después de las tinieblas, el Arcángel San Miguel descenderá a la tierra y encadenará al demonio hasta el tiempo del ANTICRISTO. Los hombres serán religiosos otra vez y se formará UN SOLO PASTOR Y UN SOLO REBAÑO DE TODA LA IGLESIA, RUSIA, INGLATERRA Y CHINA SE CONVERTIRAN y todos se regocijarán del triunfo de la IGLESIA CATOLICA. Después de las tinieblas de los tres días los de otras creencias volverán al verdadero aprisco de la "IGLESIA CATOLICA". Monseñor Natale su confesor y consejero escribe; Cinco años antes de la muerte de PIO VII (m. en 1823) ella me describió la gran prueba en preparación. Las revoluciones se abatirán sobre Roma (recuérdense las actuaciones de los carbonarios y garibaldinos, el destierro del Papa en GAETA, la toma por fin de la CIUDAD SANTA, etc.).

Los desastres serán aminorados por las satisfacciones de los Santos. La cizaña será arrancada, después la mano de Dios devolverá el orden, allí donde el esfuerzo humano sea impotente. Los azotes provenientes de la tierra serán mitigados, pero los del CIELO serán UNIVERSALES y ESPANTOSOS; millones de hombres morirán por hierro, ya en guerra ya en luchas civiles (cuéntense los millones de las dos guerras universales del 14-18 y del 39-45 y las múltiples guerras civiles como la española, mexicana, vietnamita, etc.), otros millones morirán de muerte imprevista (por la catástrofe del cielo o sea las tinieblas). 
 
Después naciones enteras volverán a la unidad de la IGLESIA y muchos turcos, paganos y judíos se convertirán y su fervor llenará de confusión a los viejos cristianos. En una palabra me decía ANA MARIA que el Señor quería limpiar el mundo y su Iglesia, para lo que preparaba un renacimiento milagroso, triunfo de su misericordia… Todo esto ocurrirán cuando parezca que la Iglesia ha perdido todos los medios humanos para enfrentarse a las persecuciones. Las pruebas descubrirán los pensamientos secretos de los corazones. 
 
Vencerán aquellos a quienes conceda el espíritu de humildad.

Entre otras cosa predijo la abdicación de Carlos IV, Rey de España; la caída de Napoleón y la fecha en que sería liberado el Papa Pío VII. 

Tuvo una visión de las almas que caen al infierno: ʻʻComo los copos de nieve en pleno inviernoʼʼ (mismas palabras han dicho Santa Teresa de Jesús, Sor Josefa de Menéndez, San Leonardo de Porto, etc.)

Dice la Beata Ana María Taigi que Nuestro Señor le anunció que: ʻʻDespués de purificar al mundo y a su Iglesia y de arrancar de cuajo toda la mala hierba, preparaba un renacimiento, milagroso triunfo de su misericordia, y mi mano todopoderosa volverá a imponer el orden ahí donde es impotente el esfuerzo humanoʼʼ
 
 ʻʻDios enviará dos castigos: Uno en forma de guerras, revoluciones y peligros originados en la Tierra; y otro enviado del Cielo. Vendrá sobre la Tierra una oscuridad intensa que durará TRES DÍAS Y TRES NOCHES. Nada será visible y el aire se volverá pestilente y nocivo y dañará, aunque no exclusivamente, a los enemigos de la religiónʼʼ.

ʻʻDurante los tres días de Tinieblas la luz artificial será imposible; SÓLO LAS VELAS BENDITAS ALUMBRARÁN. Durante estos días de tinieblas los fieles deben permanecer en sus casas rezando el Santo Rosario y pidiendo a Dios misericordiaʼʼ.

ʻʻMillones de hombre morirán por el hierro, unos en guerra, otros en industrias civiles; otro millones perecerán de muerte imprevista. A la prueba le seguirá un RENACIMIENTO UNIVERSAL. Este cambio ocurrirá cuando parezca que la Iglesia ha perdido los medios humanos de hacer frente a las persecucionesʼʼ.

Existen varias biografías de la Beata Ana María Taigi, donde pueden verse estos datos. Su vida ha sido escrita por el Cardenal Salotti, el Padre Calixto de la Providencia, Monseñor Luquet y otros. Y si cuanto dijo se ha cumplido, sin duda igualmente se cumplirán estas últimas predicciones.

Respecto a los relatos de la Beata Taigi, resulta por demás impactante cómo se repiten exacta y literalmente las mismas palabras que el mensaje mariano de Escorial, en España.
 
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Profecías de la Beata Isabel Canori Mora

Isabel Canori-Mora nació en Roma, en 1774, de familia de noble linaje. A los veintidós años contrajo matrimonio con el doctor Mora, del que tuvo numerosos hijos. Después de la maduración de su santidad heroica en el crisol purificador del sufrimiento, recibió de Nuestro Señor gracias innumerables, como el don de la transverberación del corazón, ilustraciones grandiosas sobre el porvenir de la Iglesia y los terribles combates que tendrá que sostener contra el poder de las tinieblas en los últimos tiempos. 
 
Bajo la representación de CINCO ÁRBOLES FATIDICOS que infectan la TIERRA, se le dio a entender los CINCO GRANDES ERRORES de los tiempos modernos y los terribles castigos que se ciernen sobre la HUMANIDAD.(Estos errores parecen ser, según algunos comentaristas, el PANTEISMO, RACIONALISMO, INDIFERENTISMO, MODERNISMO Y COMUNISMO.) 
 
“Estos cinco árboles representan -le dice el Señor- las cinco herejías modernas que infestan al mundo en nuestros tiempos en oposición enteramente al Santo Evangelio y que buscan su destrucción. Estos árboles, con sus venenosas raíces, dan vigor a todas aquellas plantas que se desarrollan en la floresta. Estas plantas perniciosas representan la esterilidad digna de llanto de innumerables pobres almas que por la depravación de sus conciencias pueden decirse sin FE y sin RELIGIÓN… Trastornadas y entregadas a las falsas máximas de la filosofía moderna, conculcan la Ley santa de Dios y sus divinos preceptos. Estas plantas son consideradas por el DIVINO DUEÑO no sólo como estériles sino como nocivas y perversas, dignas de se arrojadas al fuego eterno.”


Otra vez vio cuatro árboles de BENDICIÓN, debajo de los cuales se cobijaban los hombres que se mantenían fieles a la ley de Jesucristo y de entre los sacerdotes seculares a los que habían seguido siendo fieles, separándolos de los otros que iban en pos de las máximas de la filosofía moderna , despreciando la santa LEY DE DIOS. A los que se mantenían en el espíritu y amor de Jesucristo los veía bajo el símbolo de blancas ovejitas conducidas por San Pedro a la sombra del misterioso ramaje. 
 
De repente se cubría el cielo de un tétrico tenebroso azul que causaba espanto el sólo contemplarlo. Se desencadenaba entonces sobre la tierra un furioso vendaval que, con su agudo y terrorífico silbido, se dejaba sentir en el aire, como tremendo rugido de feroz león, cuyo eco hacía retumbar el universo. Vio entonces también una inmensa legión de demonios que, como ministros de la justicia divina, corrían de una parte a otra, reduciendo a ruinas palacios y villas, destruyendo aldeas, ciudades y provincias enteras y haciendo cruel escarmiento en una multitud de hombres que eran sometidos a una muerte cruel. 
 
El 15 de octubre de 1818 tuvo otra terrible visión: “De repente me fue mostrado el mundo.” “Lo veía todo en revolución, sin orden ni justicia. Los SIETE PECADOS CAPITALES eran llevados en triunfo, y por todas partes se veía reinar la injusticia, el fraude, el libertinaje de toda suerte de iniquidades. El pueblo estaba mal formado, sin fe y sin caridad. Todos estaban sumergidos en la crápula y en las perversas máximas de la filosofía moderna. Observaba que tenían más fisonomía de bestias que de hombres, de tal modo los tenía el vicio desfigurados.”

Y en otra visión vio “a los miserables que cada día con mayor orgullo y desfachatez de palabra y de obra, con incredulidad y apostasía, van pisoteando la santa RELIGION y la DIVINA LEY. Se sirven de las palabras de la SAGRADA ESCRITURA y del EVANGELIO, corrompiendo su verdadero sentido, para respaldar así sus perversas intenciones y sus torcidos principios”. (Parece que la vidente no puede puntualizar con mayor claridad y precisión el desorden y la desorientación en que nos debatimos en la actualidad.)

El Señor quiso consolar a su sierva con la seguridad del triunfo de la Iglesia, diciéndole en 1821: “Voy a renovar a mi pueblo y a mi Iglesia, voy a enviar celosos sacerdotes que derramaran mi espíritu para renovar la faz de la tierra. Voy a reformar las Ordenes por medio de hombres santos y sabios. Voy a dar a mi Iglesia un nuevo Pastor que, lleno de mi espíritu y animado de mi celo, ha de guiar mi grey.

Y, por último, le certificó que tal obra no tardaría DOSCIENTOS AÑOS en llevarse a feliz término, como ella pensaba, sino que el Señor abreviará ese tiempo en gracia a la oración y penitencia de los hombres: “El tiempo está en mis manos… Ora y mortifícate…, que el tiempo no está tan lejos como tú crees.” Murió la sierva de Dios llena de merecimientos y suspirando por el TRIUNFO DE LA IGLESIA el día 5 de febrero de 1825. Es, por lo tanto, natural que la VERDADERA PAZ NO VENDRA SOBRE EL MUNDO hasta que no se hayan desarraigado los CINCO ÁRBOLES FATIDICOS que infestan el bosque y que, como hemos indicado anteriormente, son, según la opinión del Cardenal SALOTTI, el NACIONALISMO, LIBERALISMO, MASONERIA, MODERNISMO Y COMUNISMO.

A continuación declara la Venerable Isabel Canori que no podía revelar los detalles de esta REFORMA GENERAL, que El le dio a conocer, por habérselo PROHIBIDO EL SEÑOR: “Lo único que sí puedo decir, es que no se realizará esta gran obra sin un profundo trastorno de todo el mundo, de todas las poblaciones, incluso de todo el clero secular y regular, de todas las corporaciones religiosas de uno y otro sexo; debiendo todos ser reformadas según el espíritu del Señor y los dictados de las primitivas reglas de sus santos fundadores”.

DIOS se servirá de la OSCURIDAD para castigar a los IMPIOS. A una señal de su Mano Poderosa, Él castigará a todos los BLASFEMOS. Permitirá que estos HIPOCRITAS sean castigados por la crueldad de los mismos demonios: “En seguida una claridad deslumbradora se extenderá sobre la tierra, como señal de la reconciliación de Dios y los hombres. La iglesia será totalmente renovada y los hogares cristianos parecerán conventos; tan grande será la renovación de los hombres." ¡Luego esa transformación de la Iglesia y renovación de la sociedad tendrá lugar después de 1921 y antes del 2021! 
 
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Las profecías de Juan de Jerusalén

Desde su fundación, los Templarios han estado rodeados de un aura de misterio que perdura hasta nuestros días. Miles de teorías conspirativas han circulado acerca de ellos. Pero ahora, una figura relativamente desconocida en su historia ha surgido para agregar aún más misterios a la leyenda. Se trata de Juan de Jerusalén, uno de los ocho caballeros que fundaron la orden, en 1118.

Se dice que Juan de Jerusalén era un médico y astrólogo, una especie de santo que “sabía leer y escuchar el cielo”, que solía retirarse al desierto para rezar y meditar, y que estaba en la frontera entre la tierra y el cielo. Juan de Jerusalén tenía facultades adivinatorias y dejó una serie de profecías en un libro secreto del que se hicieron siete copias. Dichos ejemplares fueron entregados al Gran Maestre de la Orden, quien a su vez los remitió a Bernardo de Clairvaux. Aparentemente, uno habría sido llevado a Roma, y todavía se encuentra en los archivos vaticanos. Se supone que otro llegó hasta Nostradamus, a quien habría influenciado en su pensamiento.

Durante la Segunda Guerra Mundial, algunas copias fueron halladas por las SS, en una sinagoga de Varsovia. Con la entrada de los rusos en Berlín, volvieron a desaparecer, hasta que fueron redescubiertas en los archivos secretos de la KGB por el profesor M. Galvieski. La primera edición para todo el público se imprimió en Francia, en 1994. Las profecías son tan actuales que resulta casi increíble. Todas ellas comienzas con la frase “Cuando empiece el año 1000 que sigue al año 1000...”, y están llenas de referencias a la modernidad, a la inmigración, las drogas, la contaminación, la tecnología y el dominio de los medios en el mundo entero.



Las Profecías de Juan de Jerusalén

Veo y conozco.

Mis ojos descubren en el cielo lo que será, y atravieso el tiempo de un solo paso. Una mano me guía hacia lo que ni veis ni conocéis. Mil años habrán pasado y Jerusalén ya no será la ciudad de los cruzados de Cristo. La arena habrá enterrado bajo sus granos las murallas de nuestros castillos, nuestras armaduras y nuestros huesos. Habrá sofocado nuestras voces y nuestras plegarias.

Los cristianos venidos de lejos en peregrinación, allí donde estaban sus derechos y su ley, no osarán acercarse al sepulcro y a las reliquias si no es escoltado por los caballeros judíos, que tendrán aquí, como si Cristo no hubiera sufrido en la cruz, su Reino y su Templo. Los infieles serán una multitud innumerable que se extenderá por todas partes y su fe resonará como un tambor de un confín al otro de la tierra.

Veo la inmensidad de la tierra. Continentes que Herodoto no nombró sino en sueños se añadirán más allá de los grandes bosques de los que habla Tácito y en el lejano final de mares ilimitados que empiezan después de las columnas de Hércules.

Mil años habrán pasado desde el tiempo en que vivimos, y los fondos de todo el mundo se habrán en grandes reinos y vastos imperios. Guerras tan numerosas como las mallas de la cota que llevan los caballeros de la orden se entrelazaran, desharán los reinos y los imperios y tejerán otros. Y los siervos, los villanos, los pobres sin hogar se sublevaran mil veces, harán arder las cosechas, los castillos y las villas, hasta que se les queme vivos y se obligue a los supervivientes a volver a sus cubiles, Se habrán creído reyes.

Mil años habrán pasado y el hombre habrá conquistado el fondo de los mares y de los cielos, y será como una estrella en el firmamento. Habrá adquirido el poder del sol y se creerá dios, construyendo sobre la inmensidad de la tierra mil torres de babel. Habrá edificado muros sobre las ruinas de los que levantaron los emperadores de Roma y éstos separarán una vez más las legiones de las tribus bárbaras.

Más allá de los grandes bosques habrá un imperio. Cuando caigan los muros, el imperio no será más que agua cenagosa. Las gentes se mezclarán una vez más. Entonces empezará el año mil que sigue al año mil.

Veo y conozco lo que será. Soy el escriba.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre estará frente a la entrada sombría de un laberinto oscuro. Y al fondo de esa noche en la que va a internarse, veo los ojos del Minotauro. Guárdate de su furor cruel, tú que vivirás en el año mil que sigue al año mil.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil. El oro estará en la sangre. El que contemple el cielo contará denarios; el que entre en el templo encontrará mercaderes; los mandatarios serán cambistas y usureros; La espada defenderá la serpiente. Pero el fuego será latente, todas las ciudades serán Sodoma y Gomorra y los hijos de los hijos se convertirán en la nube ardiente; ellos alcanzarán los viejos estandartes.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá poblado los cielos y la tierra y los mares con sus criaturas; mandará, pretenderá los poderes de Dios, no conocerá límite. Pero todas las cosas se sublevarán; titubeará como un rey borracho; galopará como un caballero ciego y a golpes de espuela internará a su montura en el bosque; al final del camino estará el abismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se erigirán torres de Babel en todos los puntos de la tierra, en Roma y en Bizancio; los campos se vaciarán; no habrá más ley que mirar por uno mismo y por los propios. Pero los bárbaros estarán en la ciudad; ya no habrá pan para todos y los juegos no serán suficientes; entonces, las gentes sin futuro provocarán grandes incendios.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hambre oprimirá el vientre de tantos hombres y el frío aterirá tantas manos, que estos querrán ver otro mundo y vendrán mercaderes de ilusiones que ofrecerán el veneno. Pero éste destruirá los cuerpos y pudrirá las almas; y aquellos que hayan mezclado el veneno con su sangre serán como bestias salvajes cogidas en una trampa, y matarán y violarán y despojarán y robarán, y la vida será un Apocalipsis cotidiano.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos intentarán disfrutar tanto como puedan; el hombre repudiará a su esposa tantas veces como se case y la mujer irá por los caminos umbríos tomando al que le plazca, dando a luz sin poner el nombre del padre. Pero ningún maestro guiará al niño y cada uno estará solo entre los demás; la tradición se perderá; la ley será olvidada como si no se hubiera anunciado y el hombre volverá a ser salvaje.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el padre buscará el placer en su hija, el hombre en el hombre, la mujer en la mujer, el viejo en el niño impúber, y eso será a los ojos de todos. Pero la sangre se hará impura; el mal se extenderá de lecho en lecho; el cuerpo acogerá todas las podredumbres de la tierra, los rostros serán consumidos, los miembros, descarnados; el amor será una peligrosa amenaza para aquellos que se conozcan sólo por la carne.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, aquel que hable de promesas y de ley no será oído; el que predique la fe de Cristo perderá su voz en el desierto. Pero por todas partes se extenderán las aguas poderosas de las religiones infieles; falsos mesías reunirán a los hombres ciegos. Y el infiel armado será como nunca había sido; hablará de justicia y de derecho, y su fe será de sangre y fuego; se vengará de la cruzada.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el fragor de la muerte provocada avanzará como la tormenta sobre la tierra; los bárbaros se mezclarán con los soldados de las últimas legiones; los infieles vivirán en el corazón de las ciudades santas; todos serán, por turnos, bárbaros, infieles y salvajes. No habrá órdenes ni normas; el odio se extenderá como la llama en el bosque seco; los bárbaros masacrarán a los soldados; los infieles degollarán a los creyentes; el salvajismo será cosa de cada uno y de todos, y las ciudades morirán.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres se juzgarán entre ellos según sean su sangre y su fe; nadie escuchará el corazón sufriente de los niños; se les echará del nido como los pájaros a sus crías; y nadie podrá protegerlos de la mano armada con guantelete. El odio inundará las tierras que se creían pacificadas. Y nadie se librará, ni los viejos ni los heridos; las casas serán destruidas o robadas; los unos se apoderarán del lugar de los otros; todos cerrarán los ojos para no ver a las mujeres violadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, todos sabrán lo que ocurre en todos los lugares de la tierra: se verá al niño cuyos huesos están marcados en la piel y al que tiene los ojos cubiertos de moscas, Y al que se da caza como a las ratas. Pero el hombre que lo vea volverá la cabeza, pues no se preocupará sino de sí mismo; dará un puñado de granos como limosna, mientras que el dormirá sobre sacos llenos. Y lo que dé con una mano recogerá con la otra.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre comerciará con todo; todas las cosas tendrán precio, el árbol, el agua y el animal; nada más será realmente dado y todo será vendido. Pero el hombre entonces no valdrá más que su peso en carne; se comerciará con su cuerpo como los canales de ganado; tomarán su ojo y su corazón; nada será sagrado, ni su vida ni su alma; se disputarán sus despojos y su sangre como si se tratara de una carroña.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre habrá cambiado la faz de la tierra; se proclamará el señor y el soberano de los bosques y de las manadas; habrá surcado el sol y el cielo y trazará caminos en los ríos y en los mares. Pero la tierra estará desnuda y será estéril, el aire quemará y el agua será fétida; la vida se marchitará porque el hombre agotará las riquezas del mundo. Y el hombre estará solo como un lobo en el odio de sí mismo.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los niños también serán vendidos; algunos se servirán de ellos como de muñecos para disfrutar de su piel joven; otros los tratarán como a animales serviles. Se olvidará la debilidad sagrada del niño y su ministerio; será como un potro que se doma, como un cordero que se sangra, que se sacrifica. Y el hombre no será más que barbarie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la mirada y el espíritu de los hombres serán prisioneros; estarán ebrios y no lo sabrán; tomarán las imágenes y los reflejos por la verdad del mundo; se hará con ellos lo que se hace con un cordero. Entonces vendrán los carniceros; los rapaces los agruparán en rebaños para guiarlos hacia el abismo y levantar a los unos contra los otros; se les matará para tomar su lana y su piel y el hombre que sobreviva será despojado de su alma.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, reinarán los soberanos sin fe; mandarán sobre multitudes humanas inocentes y pasivas; esconderán sus rostros y guardarán en secreto su nombre y sus fortalezas estarán perdidas en los bosques. Pero ellos decidirán la suerte de todo y de todos; nadie participará en las asambleas de su orden; todos serán siervos pero se creerán hombres libres y caballeros; sólo se levantarán los de las ciudades salvajes y las creencias heréticas, pero también serán vencidos y quemados vivos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres serán tan numerosos sobre la tierra que parecerán un hormiguero en el que alguien clavara un bastón; se moverán inquietos y la muerte los aplastará con el talón como a insectos enloquecidos. Grandes movimientos los enfrentarán unos contra otros; las pieles oscuras se mezclarán con las pieles blancas; la fe de Cristo con la del infiel; algunos predicarán la paz concertada pero por todo el mundo habrá guerras de tribus enemigas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres querrán franquear las murallas; la madre tendrá el pelo gris de una vieja; el camino de la naturaleza será abandonado y las familias serán como granos separados que nada puede unir. Será, pues, otro mundo; todos errarán sin vínculos, como los caballos desbocados corriendo en todas direcciones sin guía; desgraciado del caballero que cabalgue esa montura; carecerá de estribos y se precipitará en la zanja.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres no confiarán en la ley de Dios, sino que querrán guiar su vida como a una montura; querrán elegir a sus hijos en el vientre de sus mujeres y matarán a aquellos que no deseen. Pero ¿qué será de estos hombres que se creen Dios? Los poderosos se apropiarán de las mejores tierras y las mujeres más bellas; los pobres y los débiles serán ganado; los poblachos se convertirán en plazas fuertes; el miedo invadirá los corazones como un veneno.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, habrá surgido un orden negro y secreto; su ley será el odio y su arma, el veneno; deseará siempre más oro y se extenderá su reino por toda la tierra, y sus servidores estarán unidos entre ellos por un beso de sangre. Los hombres justos y los débiles acatarán su regla. Los poderosos se pondrán a sus servicios. La única ley será la que dicte en las sombras; venderá el veneno aun dentro de las iglesias. Y el mundo avanzará con ese escorpión bajo el pie.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, muchos hombres permanecerán sentados con los brazos cruzados, se irán sin saber adónde, con los ojos vacíos, pues no tendrán forja en la que batir el metal, ni campo que cultivar. Serán como la simiente que no puede echar raíces. Errantes y empobrecidos; los más jóvenes y los más viejos, a menudo sin hogar. Su única salvación será la guerra y combatirán entre ellos, y odiarán su vida.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, las enfermedades del agua, del cielo y de la tierra atacarán al hombre y le amenazarán; querrá hacer nacer lo que ha destruido y proteger su entorno; tendrá miedo de los días futuros. Pero será demasiado tarde; el desierto devorará la tierra y el agua será cada vez más profunda, y algunos días se desbordará, llevándose todo por delante como un diluvio, y al día siguiente la tierra carecerá de ella y el aire consumirá los cuerpos más débiles.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, la tierra temblará en muchos lugares y las ciudades se hundirán; todo lo que se haya construido sin escuchar a los sabios será amenazado y destruido; el lodo hundirá los pueblos y el suelo se abrirá bajo los palacios. El hombre se obstinará porque el orgullo es su locura; no escuchará las advertencias repetidas de la tierra, pero el incendio destruirá las nuevas Romas y, entre los escombros acumulados, los pobres y los bárbaros, a pesar de las legiones, saquearán las riquezas abandonadas.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el sol quemará la tierra; el aire ya no será velo que protege del fuego. No será más que una cortina agujereada y la luz ardiente consumirá las pieles y los ojos. El mar se alzará como agua enfurecida; las ciudades y las riberas quedarán inundadas y continentes enteros desaparecerán; los hombres se refugiarán en las alturas y olvidando lo ocurrido, iniciarán la reconstrucción.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los hombres sabrán hacer realidad los espejismos; los sentidos serán engañados y creerán tocar lo que no existe; seguirán caminos que solo los ojos verán y el sueño podrá hacerse realidad. Pero el hombre ya no sabrá distinguir entre lo que es y lo que no es. Se perderá en falsos laberintos; los que consigan dar vida a los espejismos se burlarán del hombre pueril, engañándole. Y muchos hombres se convertirán en perros rastreros.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, los animales que Noé embarcó en su arca no serán, entre las manos del hombre, más que bestias transformadas según su voluntad; y, ¿quién se preocupará de su sufrimiento vital? El hombre habrá hecho de cada animal lo que habrá querido. Y habrá destruido numerosas especies. ¿En qué se habrá convertido el hombre que haya cambiado las leyes de la vida, que haya hecho del animal vivo pella de arcilla? ¿Será el igual de Dios o el hijo del diablo?

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, se deberá temer por hijo del hombre; el veneno y la desesperación le acecharán; no se le habrá deseado más que por uno mismo, no por él o por el mundo; será acosado por el placer y a veces venderá su cuerpo. Pero incluso el que sea protegido por los suyos estará en peligro de tener el espíritu muerto; vivirá en el juego y en el espejismo. ¿Quién le guiará cuando no tenga maestros? Nadie le habrá enseñado a esperar y a actuar.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, el hombre se creerá Dios, aunque no habrá progresado nada desde su nacimiento. Atacará vencido por la ira y por los celos. Y su brazo estará armado con el poder del que se habrá adueñado; Prometeo cegado podrá destruirlo todo a su alrededor. Será un enano de alma y tendrá la fuerza de un gigante; avanzará a pasos inmensos pero no sabrá que camino tomar. Su cabeza estará cargada de saber pero ya no sabrá porque vive o porque muere será, como siempre, el loco que gesticula o el niño que gime.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, regiones enteras serán botines de guerra. Más allá de los límites romanos e incluso en el antigua territorio del imperio; los hombres de las mismas ciudades se degollarán; aquí habrá guerra entre tribus y allá, entre creyentes. Los judíos y los hijos de Alá no dejarán de enfrentarse y la tierra de Cristo será su campo de batalla; pero los fieles querrán defender en todo el mundo la pureza de su fe y ante ellos no habrá más que duda y poder; entonces la muerte avanzará por todo el mundo como estandarte de los tiempos nuevos.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, multitudes de hombres serán excluídos de la vida humana; no tendrán derechos, ni techo, ni pan; estarán desnudos y no tendrán más que su cuerpo para vender; se le expulsará lejos de la torre de Babel de la opulencia. Se agitarán como un remordimiento o una amenaza; ocuparán regiones enteras y proliferarán: escucharán las prédicas de la venganza y se lanzarán al asalto de las torres orgullosas; habrá llegado el tiempo de las invasiones bárbaras.

Cuando empiece el año mil que sigue al año mil, El hombre habrá entrado en el laberinto oscuro; tendrá miedo y cerrará los ojos, pues ya no sabrá ver; desconfiará de todo y temerá a cada paso, pero será empujado hacia delante y
no le será permitido detenerse. La voz de Casandra será, sin embargo, potente y clara. Pero él no la oirá pues querrá poseer más cada día y su cabeza se habrá perdido en las fantasías; los que serán sus maestros le engañarán y no tendrá más que malos consejeros.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres por fin habrán abierto sus ojos; ya no estarán encerrados en sus cabezas o en sus ciudades; se verán y se oirán de un lado a otro de la tierra; sabrán que lo que golpea a uno hiere al otro. Los hombres formarán un cuerpo único del que cada uno será una parte ínfima, y juntos construirán el corazón, y habrá una lengua que será hablada por todos y nacerá así, por fin, el gran humano.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá conquistado el cielo; creará estrellas en el gran mar azul sombrío y navegará en esa nave brillante, nuevo Ulises, compañero del sol, hacia la odisea celeste. Pero también será el soberano del agua; habrá construido grandes ciudades náuticas, que se nutrirán de las cosechas del mar; vivirá así en todos los rincones del gran dominio y nada le será prohibido.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los hombres podrán penetrar en las profundidades de las aguas; su cuerpo será nuevo y ellos serán peces, y algunos volarán más altos que los pájaros como si la piedra no cayera. Se comunicarán entre ellos pues su espíritu estará tan abierto que recogerá todos los mensajes, y los sueños serán compartidos y vivirán tanto tiempo como el más viejo de los hombres, aquel del que hablan los libros sagrados.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá el espíritu de todas las cosas, la piedra o el agua, el cuerpo del animal o la mirada del otro; habrá penetrado los secretos que los dioses antiguos poseían y empujará una puerta tras otra en el laberinto de la vida nueva. Creará con la fuerza con que brota una fuente; enseñara es saber a la multitud de los hombres, y los niños conocerán la tierra y el cielo mejor que nadie antes que ellos. Y el cuerpo del hombre será más grande y más hábil. Y su espíritu habrá abarcado todas las cosas y las habrá poseído.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre ya no será el único soberano, pues la mujer empuñará el cetro; será la gran maestra de los tiempos futuros y lo que piense lo impondrá a los hombres; será la madre de ese año mil que sigue al año mil. Difundirá la dulzura tierna de la madre tras los días del diablo; será la belleza después de la fealdad de los tiempos bárbaros; el año mil que viene después del año mil cambiará en poco tiempo; se amará y se compartirá, se soñará y se dará vida a los sueños.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre conocerá un segundo nacimiento; el espíritu se apoderará de las gentes, que comulgarán en fraternidad; entonces se anunciará el fin de los tiempos bárbaros. Será el tiempo de un nuevo vigor de la fe; después de los días negros del inicio del año mil que viene después del año mil, empezarán los días felices; el hombre reconocerá el camino de los hombres y la tierra será ordenada.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, los caminos irán de una punta de la tierra y del cielo a la otra; los bosques serán de nuevo frondosos y los desiertos habrán sido irrigados; las aguas habrán vuelto a ser puras. La tierra será un jardín; el hombre velará sobre todo lo que vive; purificará lo que ha contaminado; así sentirá que toda esta tierra es su hogar, y será sabio y pensará en el mañana.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, todos serán como movimientos ordenados, se sabrá todo del mundo y del propio cuerpo; se soñará con la enfermedad antes de que aparezca; todos se curarán así mismos y a los demás. Se habrá entendido que es necesario ayudar para mantenerse, y el hombre, después de los tiempos de cerrazón y de avaricia, abrirá su corazón y su bolsa a los más desposeídos; se sentirá caballero de la orden humana y así por fin un tiempo nuevo empezará.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre habrá aprendido a dar y compartir; los días amargos de la soledad habrán pasado; creerá de nuevo en el espíritu; y los bárbaros habrán adquirido el derecho de ciudadanía. Pero eso vendrá después de las guerras y los incendios; eso surgirá de los escombros ennegrecidos de las torres de Babel. Y habrá sido necesario el puño de hierro para que se ordene el desorden. Y para que el hombre encuentre el buen camino.

Llegados plenamente al año mil que sigue al año mil, el hombre sabrá que todos los seres vivos son portadores de luz y que son criaturas que deben ser respetadas; habrá construido las ciudades nuevas en el cielo, sobre la tierra y sobre el mar. Conservará en la memoria lo que fue y sabrá leer lo que será; ya no tendrá miedo de su propia muerte, pues en su vida habrá vivido muchas vidas y sabrá que la luz nunca se apagará.
 
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