Habrá un concilio inicuo planeado y preparado que cambiará el semblante de la Iglesia.
Muchos perderán la fe; la confusión reinará en todas partes. Las ovejas buscarán en vano a sus pastores. Un cisma destrozará la santa túnica de Mi Hijo.
Este será el fin de los tiempos, predicho en las Sagradas Escrituras y recordado por Mí en muchos lugares. La abominación de las abominaciones llegará a su punto máximo y traerá el castigo anunciado en La Salette.
El brazo de Mi Hijo, que ya no podré reprimir, castigará a este pobre mundo, que debe expiar sus crímenes. Solo se hablará de guerras y revoluciones. Los elementos de la naturaleza se desencadenarán y causarán angustia incluso entre los mejores (los más valientes).
La Iglesia sangrará por todas Sus heridas. Felices los que perseverarán y buscarán refugio en Mi Corazón, porque al final Mi Inmaculado Corazón triunfará.
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