La profecía sólo indica que era hijo de un señor de la época llamado Petuel. Su nombre significa "Yahvé es Dios"
Se cree que procedía del reino de Judá o reino del sur y que su prédica se desarrolló en Judá y Jerusalén por sus referencias a dichos lugares, al Templo y al culto.
La tradición judía pensaba que el libro fue escrito antes del 750 a. C. y por esta razón es el segundo de los libros de los profetas menores. Hoy en día muchos eruditos opinan que fue escrito después del Exilio. Los sucesos espectaculares hacen de la profecía de Joel algo interesante y de provecho.Según la introducción es ¨la palabra de YAHVÉ que le aconteció a Joel hijo de Petuel¨, su nombre significa ¨YAHVÉ ES DIOS¨, Tal como puede leérsela hoy, su fecha puede fijarse en época anterior al Exilio. Sin embargo, existen autores que difieren de esta afirmación. Algunos datan la profecía como contemporánea a Zacarías, posterior a Nehemías o incluso más tardía.
Estos argumentos acerca de una fecha reciente se apoyan en la ausencia de un rey judío, la importancia que Joel atribuye al culto, el intensivo uso de Ezequiel como fuente.
En las diferentes traducciones de la Biblia el nombre de Joel aparece en 13 personaje distintos, en el 9 se refiere a Joel profeta de YAHVÉ y escritor del libro bíblico no. 29 que lleva su nombre y que se completó en el año 820 ante e.c.
Habla de una oleada de insectos invasores, calamidad que ve Joel en visión, ataque de la oruga a las vides e higueras que han quedado desnudas .No existe ofrenda de grano ni libación para la casa de YAHVÉ. Joel advierte a ministros y sacerdotes de Dios a arrepentirse. Nada escapa. Se considera a Joel un profeta de calamidad. Joel es proclamador de gloriosas noticias de liberación .
En Ro10:13 Pablo dice ¨Por que todo el que invoque el nombre de YAHVÉ será salvo¨(JOEL 2¨32), EXISTIÓ UN CUMPLIMIENTO de la profecía de Joel en el pentecostés de 33 era común.
Existe contraste el libro dde Joel con el último libro de la biblia Revelación ó Apocalipsis (Re.98:2-Jo2:4,5.10-Sol1:144,15- Todos los que presten atención a esta súplica inspirada segarán provecho eterno. JOEL 2:1,32; 3:16,18 2:13 Salmo 86:15 -103:8 en Jl. 3:5. Con toda esta evidencia, parece que el libro fue compuesto en o alrededor de 400 a. C. El autor por inspiración divina es el propio Joel se completó alrededor del año 820 antes de esta era en Judá o tal vez en Jerusalén, habla acerca de un enjambre de insectos en formación de ataque devastador contra naciones juzgadas en la llanura de Jehosafat (Tiro,Sidón,FILISTEA) pagarán caro el vituperar y esclavizar al pueblo de YAHVÉ. Suban todos hombres de guerra Jo 3 9- "batan sus rejas de arado en espadas y suban a la llanura de Jehosafat (YAHVÉ ES JUEZ) Tendrán que saber que El es su DIOS. ALGUNOS ERUDITOS toman a Joel como un profeta de calamidad , otros Joel es proclamador de gloriosas buenas nuevas de liberación, por que todo el que invoque el nombre de YAHVEH será salvo Jo 2 v 32. Ap.6 v l7.
El libro de Joel se encuentra dividido en dos partes claramente diferenciadas. En la primera, una devastadora plaga de langostas destruye el país, produciendo una celebración penitencial entre las víctimas. El episodio está tratado como una narración histórica.
Yahvé se compadece de los judíos y promete poner orden, a cambio de expiación, oración y ayuno. Dios anuncia la llegada del terrible "Día de Yahvé", poblado de fenómenos astronómicos horrorosos, la aparición de una prodigiosa fuente de agua en medio del Templo y la fertilización de la tierra azotada por la langosta gracias a esta agua (3:18). En los días de tales episodios, Jerusalén será, toda ella, un templo. Esta sección está narrada como profecía escatológica.
La segunda parte del texto se eleva por encima de las disquisiciones históricas y se transforma en un texto completamente escatológico. Entre sus anuncios se encuentra la efusión del Espíritu y su derrame sobre la tierra, la restauración del Edén y el enjuiciamiento a que Dios someterá a las naciones humanas.
Pedro explico por inspiración que el derramamiento del Espíritu de Dios en los discípulos de Cristo era un cumplimiento de la profecía de Joel, (HCH.2:1-21). Pedro recalcó el significativo profético de las palabras de Joel: "Y todo el que invocare el nombre de Yahvé será salvo"(Hch.2:21) Existen similitudes en Ap.9, con la plaga de langostas que describe Joel.
La enseñanza primordial de este libro es que el arrepentimiento y la penitencia llevan al hombre a reconciliarse con la divinidad. Dios reserva las bendiciones para los tiempos mesiánicos, por eso Judá sufre tanto ahora.
No hay modo de escapar, excepto por la oración, el ayuno y la penitencia, para implorar a Dios perdón y ayuda hasta que lleguen los gloriosos días en que Su Espíritu se derrame sobre todos los seres humanos.
El mensaje de este profeta está enteramente enfocado en una misma dirección: «Viene el día de Yahvé,... día de tinieblas y de oscuridad,... grande y espantoso» (2.1, 2, 31). Pero sobre el telón de fondo del juicio de Dios, Joel describe lo dramático del momento presente: una terrible plaga de langostas ha caído sobre el país como un ejército bien entrenado, y ni una brizna de vegetación ha quedado después que ellas pasaran en oleadas devorándolo todo (1.4, 6–7). Pero ahí no acaban las cosas, sino que al ataque de las langostas le sigue una gravísima sequía, que deja sin agua ni alimentos a personas y a bestias. La situación llega a ser extremadamente crítica, de modo que incluso el culto en el Templo se resiente, pues por la escasez de cereales y de vino se hace necesario restringir las ofrendas y las libaciones (1.9, 13, 16).
En esas circunstancias, Joel invita a los sacerdotes a que convoquen al pueblo de Judá para que se reúna en el Templo, en asamblea (1.14; 2.15–16), a fin de ayunar y condolerse delante de Yahvé y, sobre todo, de demostrar un sincero arrepentimiento (2.13).
Pese a la inmediatez de los acontecimientos narrados, el profeta no pierde de vista el objeto último y principal de su anuncio: las presentes penalidades son el preludio del momento en que Dios, Señor y Juez universal, habrá de juzgar a todos los pueblos y naciones de la tierra (1.15; 2.1–2; 3.14). Ese instante último y terrible será el día ante el cual «se pondrán pálidos todos los semblantes» (2.6). Aunque también será un día de gracia y de salvación, porque «todo aquel que invoque el nombre de Yahvé será salvo» (2.32).
Así, a cuantos presten atención a este mensaje se les anuncia las maravillas de Yahvé, sus grandes obras en favor de ellos y su voluntad misericordiosa y perdonadora (2.21, 18–27; 3.18–24). De un modo muy especial hay que recordar aquí la promesa divina comunicada por Joel: «Derramaré mi espíritu» (2.28–32). Y el Israel de Dios, el Israel de todos los tiempos, recibirá la plenitud del don del Espíritu, como siglos más tarde habría de suceder en Jerusalén el día de Pentecostés (Hch 2.16–21).
Esquema del contenido:
1. Devastación de la langosta; el "día de Yahvé" (1.1–2.2a)
2. Nuevo anuncio del "día de Yahvé" (2.2b-11)
3. La misericordia de Yahvé (2.12–27)
4. Derramamiento del Espíritu de Dios (2.28–32)
5. Juicio de Yahvé sobre las naciones (3.1–15)
6. Liberación de Judá (3.16–21)
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