miércoles, 25 de septiembre de 2013

Jesucristo nos espera con los brazos abiertos

Este comunicado, se me dio hoy, 25 de setiembre del 2013, a la 1:05 a.m.

Como comprenderán, estaba dormida, pues era de noche y en mi sueño, me han llamado por mi nombre, por 2 veces y me desperté, me incorporé en mi cama, pues sé por experiencia propia que cuando me llaman, es porque Dios Padre desea decirme algo.

Entonces escuché de nuevo que alguien me ha llamado por mi nombre, entonces dije: "Habla Yahwéh (iaoué) que tu sierva escucha", entonces se me presentó ante mí la visión.

"Vi frente a mí un trono hecho de aparente mármol que reluce como si fuera de cristal, en el trono estaba sentado un hombre muy bello con el cabello largo hasta los hombros, rubio, con barba y bigote, blanco y con los ojos tan celestes que relucen en su cara, su mirada es muy brillante, pero no molesta a la vista, tenía un cetro y una corona de oro puesta, en medio de la corona relucía un diamante blanco, la corona estaba adornada con piedras preciosas de diferentes colores, el cetro y la corona eran de color oro, su ropa era una sotana por así decirlo con un manto rojo oscuro rodeándolo, como siempre se le representa sólo que con un diseño diferente que no puedo explicar con palabras, tenía sandalias de color cuero en sus pies y todo ese bello hombre resplandecía por todos sus poros, su trono, cetro, corona, todo resplandecía, y antes que yo le preguntara algo, Él me hablo diciendo:

YO SOY el QUE SALVO, soy el Ungido de mi Padre, el Cordero que mi Padre sacrificó por los pecados del mundo, quiero que digas este mensaje a mi pueblo:

Muy pronto he de recoger la primera cosecha global en el mundo, no teman el nacer de nuevo, yo los estoy esperando en la casa de mi Padre con los brazos abiertos.

Confíen en mí, yo intercederé ante mi Padre por ustedes si así se lo piden a mi Padre, nadie intercede ante mi Padre, sólo Yo, pues soy El Pastor que se sacrifica por amor a sus ovejas, pero también el Pastor espera que sus ovejas le amen y le agradezcan.

No se avergüencen de mí, ni confíen en los falsos empleados que sólo buscan un salario material, de cierto les digo que tendrán su recompensa muy pronto.

Escudriñen mi Palabra y obedézcanla, no se limiten a obedecer lo que otro mortal les diga, practiquen mi Palabra que para eso está.

De cierto les digo que los que no se avergonzaron de mí y perdieron su vida material por ello, aquí están conmigo felices en el Reino de mi Padre.

La justicia de mi Padre viene muy pronto.
¡Arrepiéntanse de sus pecados y de su idolatría!
¡Nadie viene al Padre si no es por mí, sin excepción, pues todo me es sometido! 

Dile a mi pueblo que Yo El Cordero de mi Padre, los estoy esperando con los brazos abiertos.

¡Dile!"

El Cordero de Dios Padre, que quita los pecados del mundo, desapareció ante mis ojos y con este mandato dado por mi Señor Salvador hacia mí, cumplo por este medio a sus deseos.

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