San Nilo, Abad y fundador del monasterio de Grota Ferrata (Italia), siglo V. Calabrés versado en todas las ciencias. Enviudó, se encerró a hacer oración y penitencia. Se le unieron muchos discípulos y levantó un monasterio famoso, murió a los noventa y cinco años. En su biblioteca encontraron numerosos escritos espirituales y la famosa profecía “San Nilo, el Ermitaño”, acerca de los tiempos del Anticristo.
Quiero aclarar -en honor a la verdad – que la profecía que se muestra a continuación, es de autenticidad bastante disputada (múltiples argumentos se esgrimen a favor y en contra), por lo que no estamos llamados a creer en lo que contiene. Antes bien -y sobre todo- ha de servirnos como meditación. Tiene sin lugar a dudas mucho de verdad y describe -sin que tengamos necesidad del mayor esfuerzo mental- la situación actual de la Iglesia y del mundo, El asedio de sus eternos enemigos y sus estrategias, que visibles para unos e invisibles para otros, avanzan día a día en contra de la Iglesia fundada por Jesucristo.
Más, si Cristo enseñaba mediante parábolas (narraciones, historias simbólicas), qué de malo podrá haber en que saquemos provecho de aquellas narraciones que tienen por intención, no el provocar miedo ni abusar de la credulidad de las almas piadosas y fieles, sino más bien, hacer un oportuno llamado a la conciencia de quienes toman a bien estas lecturas.
San Nilo el Sinaita, fue uno de los muchos discípulos y fervientes defensores de San Juan Crisóstomo. Desde ahí Nilo escribió dos cartas de protesta al emperador Arcadio cuando éste desterró a San Juan Crisóstomo de Constantinopla. Algunos años más tarde, los árabes saquearon el monasterio, asesinaron a muchos monjes y se llevaron preso a Teódulo. Nilo los siguió con la esperanza de rescatar a su hijo. Por fin, lo encontró en Eleusa, al sur de Beersheba, ya que el obispo de esa ciudad, compadecido de la suerte de Teódulo, le había comprado a los árabes y le había dado trabajo en la iglesia. El obispo de Eleusa confirió la ordenación sacerdotal a Nilo y a su hijo antes de que partiesen de nuevo al Sinaí. San Nilo llegó a ser muy conocido por los escritos teológicos, bíblicos y sobre todo ascéticos que se le atribuyen. Las cartas suyas que se conservan, muestran cuán lejos había llegado en la vida interior y en el estudio de la Sagrada Escritura y cuan frecuentemente acudían a consultarle personas de todas las clases sociales. San Nilo escribió todo un tratado para demostrar que la vida eremítica es mejor que la de los monjes que viven en comunidad en las ciudades, pero hace notar que también los ermitaños tienen sus dificultades y pruebas particulares… Los anacoretas del Sinaí fueron eliminados durante el siglo VII y sólo el monasterio de Santa Catalina perduró gracias en parte a las fortificaciones que lo protegían…
San Nilo, Anacoreta, Padre de la Iglesia y Confesor
La nobleza, dignidades, honores y riquezas no dieron tanto realce al nombre de Nilo como el desprecio que hizo de todo esto por el amor de Cristo. Cuando se retiró cuidó tanto de vivir desconocido de todo el mundo, que se nos ha ocultado el modo de vida que tuvo en el desierto; y todo cuanto de ella se sabe está reducido a circunstancias generales. Parece que fue natural de Ancira en Galacia, dice Orsi: por sus escritos aparece haber tenido una educación regular, en que habían llevado siempre el ascendiente la piedad y la religión. No es cosa averiguada en qué tercio de su vida tuvo por maestro a san Crisóstomo; pero no pudo menos de ser en Antioquía, a donde le conduciría la reputación grande de aquel Doctor, acaso cuando renunció su gobierno para abandonar al mundo. San Nilo fue casado, tuvo dos hijos, vivió con esplendor grande y dignidad, y fue elevado por el Emperador al puesto honorífico de prefecto o gobernador de Constantinopla.
La ambición, la avaricia y las envidias que reinaron en la corte de Arcadio no pudieron menos de alarmar la conciencia de un magistrado piadoso y timorato, que en todas sus acciones nada temía tanto como autorizar o condescender en cualquiera género de pecado o injusticia. Y el deseo de vivir sólo para Dios y para sí obró tanto en él, que aunque con mucha dificultad obtuvo el consentimiento de su mujer para retirarse del mundo por los años de 390. Dejó su hijo mayor al cuidado de ella, para que le enseñase las respectivas obligaciones de su estado en el mundo, y en compañía del menor, llamado Teodulo, se fue a hacer una vida solitaria en el desierto de Sinaí. En este retiro vivieron juntos entregados a los ejercicios del estado monástico, y pasaron muchos conflictos con sus enemigos visibles e invisibles.
Las obras que nos ha dejado san Nilo las solicitaron mucho los antiguos, y como nota justamente Focio, demuestran la excelente perfección de su virtud, y su grande talento de elocuencia. En su tratado sobre la vida monástica, observa que Cristo bajó de los cielos a enseñar a los hombres el verdadero camino de la virtud y de la sabiduría, a que eran enteramente extranjeros todos los sabios de la antigüedad. Añade que los Cristianos primitivos imitaban a su Maestro en todo, pero que resfriado este celo, algunas personas tomaban la resolución de abandonar los negocios embarazosos de este mundo, y renunciaban riquezas y placeres, para aplicarse mejor al ejercicio de todas las virtudes y al dominio de sus pasiones; pero que este estado tan santo en su origen había degenerado tanto entonces, que algunos de los que le profesaban le desgraciaban con sus desarreglos. Censura estos desórdenes con mucho fervor y agudeza en esta y en otras obras ascéticas, en que recomienda fuertemente la pobreza voluntaria, la obediencia, la paz y la humildad.
En su libro sobre la oración, obra particularmente admirada de Focio, se establecen muchas máximas excelentes. Encarga el Santo que pidamos a Dios en primer lugar el don de oración, y supliquemos al Espíritu Santo forme en nuestros corazones aquellos deseos ardientes y puros que Él ha prometido escuchar siempre; y que se digne enseñarnos interiormente a orar: añadiendo que solo deberíamos pedir a Dios que se hiciese Su Santa Voluntad en todo perfectamente. A los que viven en el mundo les encarga mucho la templanza, la humildad, oración, desprecio del mundo, continua meditación sobre la muerte, y la obligación de dar limosnas.
Siempre estaba dispuesto a comunicar a otros su ciencia espiritual; porque en la paz de su soledad había aprendido a conocer a Dios de un modo que no es conocido en el tumulto del mundo, y a gustar de las suavidades de Su Paz. Qué ventajas no ganó en las máximas de la vida interior, y en el estudio de las santas Escrituras, y cuán consultado era de personas de todas clases, se muestra muy bien en el número grande de cartas suyas que aun existen. Son cortas pero elegantes, y escritas con espíritu y vehemencia, especialmente cuando llevan por tema algún vicio.
En un expreso tratado pretende hacer ver que el estado de anacoretas o ermitaños es preferible al de los religiosos que viven en comunidad en ciudades, porque estos hallan mayores dificultades para conservar la virtud y recolección, y para sujetar sus pasiones; pero entiende esto de aquellos ermitaños ejercitados ya bajo de algún maestro experimentado, y también dice las tribulaciones grandes y dificultades que encuentran estos anacoretas. Esto mismo había experimentado el Santo por sí en las tentaciones violentas y turbulentas de ánimo con que le había asaltado largos tiempos el demonio; pero las llegó a vencer con la continua lectura, meditación, humillaciones, paciencia, prácticas de penitencia, y la Señal de la cruz, con que se armaba siempre que se sentía asaltado del enemigo: iguales armas recomienda también a otros en semejantes tentaciones. Establece reglas excelentes contra los vicios en sus tratados sobre los malos pensamientos; sobre los vicios; y sobre los ocho viciosos pensamientos, o pecadas capitales, en que dice cosas admirables, especialmente sobre los riesgos de la vanagloria y la pereza.
¡Quién no creería que san Nilo con haber dejado al mundo habría quedado libre de aflicciones y tribulaciones exteriores! Pues en el desierto fue donde las encontró más graves. Habiendo hecho una incursión los sarracenos en el desierto de Sinaí, pasaron a cuchillo un número grande de monjes, y encontrando a Teodulo, hijo de nuestro Santo, en un monasterio, le llevaron cautivo con algunos otros. El afligido padre le buscaba por todas partes, y vino a caer él mismo en manos de los Uranos invasores, pero a poco tiempo consiguió su libertad. Por último encontró al hijo en Eleusa, con el obispo de aquella ciudad, que le había rescatado por caridad. Este buen prelado se lo restituyó a su padre con sumo gusto, pero obligando a éste a recibir de sus manos el orden sacro del presbiterado. Nilo tenía a la sazón cincuenta años de edad.
Vivió hasta una muy avanzada, y murió en el reinado del emperador Marciano. Su amor a la oscuridad le siguió hasta el sepulcro, de modo que hasta el año y las circunstancias de su muerte se han ocultado de nosotros. Sus reliquias fueron conducidas a Constantinopla en el reinado de Justino el Menor, y depositadas en la iglesia de los Apóstoles.
Profecías
1- “Hacia la mitad del siglo XX la gente será muy distinta y a medida que se aproxime la llegada del Anticristo la perversidad irá creciendo.
2- Los deseos y las pasiones carnales crecerán y el deshonor y la ilegalidad se fortalecerán. El mundo será irreconocible por la maldad. La apariencia de las personas cambiará hasta el punto de que será casi imposible reconocer a veces entre los hombres y las mujeres por la forma desvergonzada de vestir y los estilos provocativos del cabello. Esclavos de las costumbres imperantes serán despectivos, indiferentes y autosuficientes y no pocas veces se comportarán como bestias salvajes por las tentaciones del Anticristo. Se perderá el debido respeto a los ancianos, y a los progenitores. El verdadero amor desaparecerá de la mayoría; se exaltará la voluptuosidad y el sexo con un desenfreno nunca visto, haciendo gala de sus perversiones. Pastores y obispos, así como sacerdotes y muchas almas consagradas se volverán presuntuosos y arrogantes, llenos de vanidad y soberbia con su humana sabiduría y serán inútiles o incapaces de discernir entre el camino recto y el camino del mal. Las normas morales, la veneración a las tradiciones de los mayores y de la propia iglesia católica, cambiarán de manera asombrosa. El pueblo, confuso y desorientado por las prédicas de pastores incrédulos o relativistas, abandonará la modestia y reinará por todas partes la disipación.
3- La falsedad, la mentira, el engaño y la avaricia alcanzarán grandes proporciones; desgraciados de los que sólo piensan en acumular tesoros materiales olvidándose de los tesoros espirituales. La codicia, el adulterio, la homosexualidad, las acciones secretas sembrarán el terror por casi todos los lugares, asesinatos, atracos, secuestros, intimidaciones, etc., reinarán sobre la sociedad de ese tiempo.
4- A causa de la indiferencia, la tibieza, la incredulidad y la perversidad de muchos, el pueblo en general se verá privado de la gracia del Espíritu Santo, recibida en el bautismo, y el remordimiento martirizará su conciencia.
5- Las Iglesias de Dios serán despojadas de toda veneración y escasearán los verdaderos sacerdotes piadosos, por la indiferencia con respecto a la debida veneración del Señor en sus Iglesias, ya que cambiarán el culto verdadero.
5- Desgraciados los cristianos fieles de ese tiempo porque serán víctimas de las burlas y vejaciones de los incrédulos; necesitarán mucha fe y fortaleza para soportar el ambiente reinante.
6- Los cristianos, viéndose acosados, se refugiarán en lugares apartados en busca de un poco de luz ante tanta oscuridad, pero encontrarán obstáculos y contrariedades a causa de su fidelidad a la Fe verdadera. Este es el resultado del reinado del Anticristo que quiere ser Dios de todas las cosas como Jefe del universo. Por eso habrá signos visibles extraordinarios que asombrarán a muchos inclusive a creyentes. El dará sabiduría a algunas inteligencias para que descubran muchas cosas, pues el hombre podrá comunicarse de una parte a otra de la tierra. En ese tiempo, el hombre podrá volar por los aires y también sumergirse en el mar como los peces... Y cuando hayan logrado descubrir otras cosas por el avance de la ciencia, el pueblo gastará toda su energía o propia vida, en lograr comodidades y disfrutar en olvido de Dios con todas sus geniosidades.
7- Las pobres almas con todos sus inventos y logros creerán no necesitar para nada de Dios, olvidando que todas esas cosas o logros no son más que ilusiones o engaños del Anticristo.
8- Entonces la Bondad Divina caerá sobre la faz de la tierra contra la raza humana y acortando sus días -a causa de los pocos elegidos- porque el Maligno buscará acabar también con los elegidos de Dios, haciéndolos caer en la tentación – si Dios lo permite- la espada de la justicia divina aparecerá de repente y acabará con el Pervertidor y sus Secuaces”.
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